Limpieza dental

Para sobrevivir, física y emocionalmente, los humanos necesitamos el contacto con los demás. Pero a menudo, no nos sentimos suficientemente seguros de nosotros mismos y eso nos vuelve esquivos, dificultando las relaciones interpersonales. El mal aliento es una de las causas. Como apunta el Dr. Sánchez, médico odontólogo: “El mal aliento genera vergüenza a quien lo sufre y es un gran obstáculo para las relaciones cercanas con los demás: pareja, hijos, nietos, amigos... Y peor aún es cuando no se sabe que se padece, porque no entendemos el rechazo que genera. Excluyendo el uso de algunos fármacos, la halitosis se debe principalmente a una mala digestión o a un higiene diaria no adecuada”.

Por eso, sobre todo con el paso de los años, se aconseja jugar con ventaja, asegurándonos una prevención a 360º que garantice una boca sana y un aliento perfecto. Una atenta higiene oral cotidiana, tras cada comida, evita la acumulación de bacterias patógenas que son las que provocan ese olor tan desagradable. Lo ideal es lavarse los dientes con una pasta con fluoruro de estaño, usar hilo dental y completar la operación “boca perfecta” con el enjuague bucal.